business in sideways district in barcelona:
In groups of 3 discuss this situation
- New local: larger: 70 m2 to 320m2
- move 3500 books
- budget: limited (600 euros)
- time: max 3 days
ideas to make it?
4 stages:
0_ overwhelmed1_ hopeful2_enthusiastic 3_ thrilled. 4- freaked out. I can't let them down.".
Agitador. Xavier Vidal se define como un librero agitador. Vistos los hechos a agitador no le
gana nadie. A librero, pocos. Ayer, domingo por la mañana, día de paseo y
vermut, consiguió lo que en un país donde en teoría se lee poco (él lo
niega) es casi una utopía:movilizar
a un centenar de personas por amor a los libros.Y consiguió lo imposible: que el
encuentro, altruista, por supuesto, fuera para realizar un traslado. Actividad
que no suele ser plato de gusto de nadie y a la que solo se consigue arrastrar
a los amigos, a los de verdad. Así que los que ayer le ayudaron son
incondicionales. Incondicionales de la Nollegiu, la
librería que Vidal abrió hace dos años en el Poblenou y que ha conquistado tanto al vecindario que ha quedado pequeña.
Los habituales de la tienda
hacen una cadena humana para trasladar los libros
El futuro pasa por un histórico edificio del
barrio: el que fue sede de La
Juanita, la tienda de modas más chicdel Poblenou de los 70. "Vendían
prendas del estilo Mary Quant", afirma Maria Dolors Maymó, una de las
usuarias de Nollegiu, que, asegura, "no es una librería corriente, Vidal
consigue que te impliques, que te sientas parte de ella". Maymó lo
explicaba mientras transmutaba en uno de los eslabones de la cadena humana que transportó los librosdel pequeño local de la calle Amistat
a la nueva sede de Pons i Subirà. Apenas poco más de 100 metros en los que los
voluntarios fueron pasándose los títulos de mano en mano con disciplina
prusiana que en algún momento, los menos, mutó en anarquía mediterránea.
Nada de cajas. Pesan demasiado. Y la idea era que
pudiera participar todo el mundo, mayores y pequeños, como Blai que con sus 7
años no desfallecía pese a preguntar un poco asustado: "¿Tenemos que
vaciar toda esta biblioteca?". 3.500 volúmenes que a Vidal no le daba
miedo perder: "¿Desde
cuándo se roban libros en este país?".Además, lo dicho, allí eran todos amigos, aunque
en sus inicios aterrizaran como clientes. Y casi todos, vecinos. "Si no
defendemos estas iniciativas no podemos quejarnos de que cierren las tiendas de
barrio", defendía Josep Nieto, otro eslabón de la cadena humana, en este
caso, llegado de Gràcia.
La nueva sede es el edificio La
Juanita, la que fue 'boutique' chic del barrio en los 70
Ante tanto entusiasmo la pregunta es obligada.
¿Qué da la Nollegiu a sus lectores? "Lo que me interesa es que la librería
sea un espacio donde la gente sepa que pasan cosas y que pueden participar. Me
dedicó a gestionar los deseos de los usuarios". Tantas cosas han pasado en
la Nollegiu (nombre provocador con vocación de ser recordado) que sus 70 metros cuadrados han quedado
pequeños. Y
tantos han sido los deseos gestionados que el público se volcó en el 'crowfunding' que Vidal lanzó para adecuar La
Juanita: pedía 6.000 euros y ha recogido 16.000. 'Pas mal'.
A mediodía el trabajo estaba hecho. Y La Juanita empezaba a tener aspecto de
librería. Aunque
no del todo. Vidal, algo que le agradece el barrio y la familia Ibañez,
propietarios del edificio y con la tienda de modas trasladada a la calle de
Lope de Vega, mantiene el nombre en la fachada y parte de la decoración. No en
vano, La Juanita fue toda
una institución en Poblenou.
Empezó en los años 20 como parada en el mercado, continuó como tienda en
el mismo edificio que a finales de los 70, Juanita, la hija de la primera
comerciante, convirtió en una
'boutique' de estilo parisién de tres plantas en la que llegaron a trabajaban
12 personas.
EL PESO DE LA RESPONSABILIDAD
Vidal, mantiene
los probadores de la segunda planta, y detalles, como los colgadores de época, de la
primera. Le gusta la idea de probador de libros. En la ya vieja Nollegiu tenía
unas butacas bajo este letrero para que la gente pudiera sentarse y hojear los títulos antes de
comprarlos. Ahora
los probadores serán de verdad. Además de probador, la planta actuará de sala
de actos, mientras la primera será propiamente la librería y la tercera acogerá
la sede de la Fundació Catalunya Europa, cuyo presidente, Pasqual Maragall,
hizo también ayer acto de presencia.
"Cuando empecé estaba ilusionado. Luego me
entusiasmé para pasar a emocionarme. Ahora estoy acojonado. No puedo
fallar". Es el peso de la responsabilidad que siente Vidal ante tanto
apoyo recibido.
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